Tras sufrir un 'tsunami' y una larga guerra civil, el país ha recuperado su economía gracias al desarrollo de una industria exportadora, el turismo y la apertura al capital extranjero.
Desde hace varios siglos, la isla de Ceilán ha sido un enclave destacado del comercio internacional gracias a su posición estratégica al pie de India, en las rutas que conectan África con China. Pero esta ubicación geográfica también ha jugado en su contra por fenómenos como el tsunami de 2004, que añadió más sufrimiento a un país que durante los últimos treinta años había sufrido una sangrienta guerra civil.
Desde el final del conflicto en 2009, el PIB nacional ha aumentado a una media del 6,4% anual. Este crecimiento, que ha permitido disminuir notablemente la tasa de pobreza, se ha basado en el desarrollo de un sector servicios con un importante peso del turismo y una industria con clara vocación exportadora. El nuevo Gobierno se ha marcado el objetivo de que Sri Lanka siga siendo una economía competitiva globalmente gracias a la llegada de capital extranjero.
El pasado colonial facilita que algunos de sus principales socios comerciales sean estados de la Unión Europea, como Reino Unido, Bélgica o Italia. Sin embargo, las compañías españolas apenas han empezado a aterrizar en una economía que puede convertirse en su puerta de entrada a la zona y ofrece buenas perspectivas de desarrollo a medio plazo. Durante los últimos años, las exportaciones procedentes de España han aumentado, pero están lejos de alcanzar todo su potencial.
Actualmente, Sri Lanka ocupa el puesto 107 en la lista de países donde es más fácil hacer negocios, que recoge el informe Doing Business del Banco Mundial.Esta posición ha ido mejorando en los últimos años, pero su clasificación todavía se ve lastrada por aspectos como las dificultades para el cumplimiento de contratos, el registro de propiedades y el pago de impuestos.
Las medidas liberalizadoras impulsadas por el Gobierno ceilanés permiten el 100% de la propiedad extranjera en las empresas industriales y en la mayoría de las que se dedican al sector servicios. Aunque sólo es obligatorio para algunas actividades, una opción interesante es formar una joint venture con un socio local que disponga de una buena red de contactos, estructura logística y conocimiento de los numerosos trámites burocráticos.
También se han establecido diversos incentivos a la inversión que permiten, entre otros, rebajas fiscales en el Impuesto de Sociedades y el tributo sobre el valor añadido. Además, las empresas que se asientan en una de las zonas francas y exportan más del 90% de su producción están exentas del gravamen de aduanas.
Con la mano derecha
Unos de los rasgos más particulares de la cultura de Sri Lanka es que se utiliza siempre la mano derecha tanto para saludar como para comer. Es habitual que los socios le inviten a una comida en su casa, por lo que deberá llevarles un regalo y aceptar todo lo que le ofrezcan. Y conviene llegar a la hora, pues los ceilaneses valoran mucho la puntualidad.
FUENTE: EXPANSION