Aunque el uso de este fondo es habitual desde hace cuatro años para poder abonar las pagas extras de Navidad y verano de los pensionistas, en esta ocasión han saltado las alarmas, porque la disposición ha sido la mayor hasta la fecha, pese a que las fuentes de ingresos de la Seguridad Social (el empleo y los salarios) llevan dos años recuperándose.
Entonces, ¿qué ocurre? ¿por qué el déficit de la Seguridad Social sigue creciendo pese a que hay más empleo y los salarios pactados en convenio crecen por encima del 1%? La razón por la que persiste y aumenta dicho déficit del sistema hay que buscarla, por tanto, no solo por el lado de los ingresos sino también por el de los gastos.
A finales de 2007, en la antesala de la crisis, había 19,2 millones de cotizantes y se pagaban 8,3 millones de pensiones todos los meses. Aquel año, la Seguridad Social registró el mayor superávit de su historia (13.680 millones de euros).
Sin embargo, en 2013 la recesión dejó la Seguridad Social con solo 16,1 millones de ocupados (el mínimo en este periodo) tras haber perdido 3,3 millones de afiliados. Esto puso las cuentas del sistema de pensiones con un déficit de 11.541 millones de euros en 2013. Por el camino, la Seguridad Social perdió 27.000 millones de euros.
Pero los últimos dos años y medio el sistema ha recuperado 1,5 millones de cotizantes. Sin embargo, el déficit de la Seguridad Social, no ha cesado de crecer hasta los 13.592 millones de euros en 2015. Es más, los expertos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) calculan que este año superará los 16.000 millones.
Así, la creación de empleo no está siendo suficiente para paliar, con sus cotizaciones, el déficit porque el gasto crece un 3,7%, casi el triple que los ingresos (1,3%). Esto ocurre porque hoy se pagan un millón de pensiones más que al inicio de la crisis y la cuantía de las nuevas prestaciones que se dan de alta en el sistema son un 30% más caras que las de los que fallecen.
Ante este escenario de gasto, ¿cuánto empleo más haría falta para equilibrar las cuentas? Si se tiene en cuenta que la base media de cotización en 2015 fueron 1.783 euros y el tipo de cotización por contingencias comunes –con el que se pagan las pensiones– es del 28,3%, se necesitarían 2,2 millones de cotizantes que aportaran unos 6.055 euros anuales al sistema en ingresos por cuotas.
Pero esta cantidad solo equilibraría un año el sistema porque en los años siguientes el gasto en pensiones seguiría creciendo; incluso cada vez a mayor ritmo a medida que vayan incorporándose a la jubilación los nacidos en el baby boom.
Esto obligará a tomar medidas de ingresos (ya se ha planteado que 24.000 millones de pensiones de viudedad y orfandad se paguen con impuestos o que suban las cotizaciones) y quizás también de gasto, con nuevos ajustes paramétricos en el cálculo de la pensión.
Para el subdirector de Fedea, Ignacio Conde-Ruiz el primer paso que deberán dar las fuerzas políticas para llevar a cabo la próxima reforma del sistema de pensiones será "informar y proporcionar una dosis de realidad a los ciudadanos" sobre la situación de envejecimiento poblacional que hace insostenible el sistema. Una vez dada esta información, debería alcanzarse, en su opinión, "un gran pacto nacional de pensiones", que decidiera qué modelo de protección social quieren los ciudadanos.
Según Conde-Ruiz se debería elegir si seguir con el actual modelo (Bismarckiano) de reparto y contributivo, en el que los trabajadores costean las pensiones de los jubilados que reciben prestaciones en función de lo que han cotizado en los últimos años de su vida laboral (25 últimos años a partir de 2022); u optar por un cambio a un sistema asistencial (Beverdigiano), en el que el Estado garantiza una pensión mínima igual para todo el mundo que debe completarse en todos los casos con pensiones privadas.
Para este experto, el actual modelo con ajustes es el más adecuado. Sin embargo, denuncia que las últimas reformas del sistema de pensiones llevadas a cabo en 2011 y 2013 "está siendo una reforma silenciosa hacia un sistema asistencial", al aumentar la base máxima y congelar la pensión máxima. De continuarse con este proceso, Conde-Ruiz calcula que en 2051 el 70% de las pensiones estarían topadas y la pensión media se reduciría hasta un 50% para los trabajadores más cualificados.
FUENTE: CINCO DIAS