Las empresas deben poder realizar sus ajustes para
retomar el crecimiento
Habría que condicionar la devolución de las ayudas a
la vuelta a los beneficios
Ahora mismo el subempleo ronda los 6,8 millones de
personas
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada
(Fedea) pide en su último boletín que se suprima la 'prohibición' de
despedir en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y
"reducir las penalizaciones" si se incumple la cláusula que obliga a
mantener el empleo durante seis meses, así como dar ayudas directas a las
empresas más afectadas en forma de créditos participativos o deuda tributaria
de carácter contingente.
En una nueva revisión de su boletín
periódico sobre el seguimiento de la crisis del coronavirus difundido este
lunes, Fedea considera que la prórroga de los Erte es "necesaria por el
alargamiento de la crisis, pero esta medida no es suficiente" para la supervivencia
de los sectores más afectados, aunque se combine con medidas de liquidez.
Una crisis que se preveía en un principio muy
corta está alargándose demasiado, por lo que las medidas creadas ad hoc en
un principio ahora son absolutamente insuficientes o incluso ineficientes.
Flexibilidad para ajustar plantillas
La fundación instó a permitir que las empresas que
lo necesiten puedan ajustar plantilla y, para ello, eliminar la 'prohibición'
de despido por causas objetivas ligadas a la pandemia y "reducir las
penalizaciones" por incumplir con el compromiso de mantenimiento del
empleo durante seis meses, "de forma que éstas sean proporcionales a los
despidos realizados, en vez de suponer la devolución de todas las ayudas
recibidas mediante exoneraciones de cuotas sociales ante cualquier
incumplimiento". La patronal CEOE reclamó estas medidas en las
últimas negociaciones para extender los Erte. En la sociedad existe el miedo de
que muchos Erte acaben transformados en Eres.
Ayudas directas a las empresas
Fedea también pide subvenciones directas para
ayudar a cubrir los costes fijos a los sectores más afectados por cierres o
restricciones administrativas y a los que han sufrido pérdidas elevadas y
persistentes de ingresos como resultado de la pandemia.
En este sentido, apunta que una forma de reducir el
coste para el contribuyente consiste en ayudas al menos parcialmente
recuperables a través de mecanismos híbridos de financiación con un componente
de capital, como pueden ser los créditos participativos o la
deuda tributaria de carácter contingente, "instrumentos ambos que permiten
condicionar la recuperación de las ayudas a la vuelta a beneficios de las
empresas afectadas y reducen los incentivos para solicitarlas de aquellos que
no las necesitan, especialmente si su solicitud implica algún tipo de
recargo".
Otra opción, autorizada explícitamente en la última
modificación del marco temporal de ayudas de Estado, es la conversión de
garantías públicas en ayudas no retornables o en alguno de los instrumentos híbridos
ya mencionados.
En cuanto al impacto de la crisis del Covid-19 en
el empleo, Fedea calcula que el último trimestre de 2020 terminó con
6,8 millones de trabajadores en situación de infrautilización, es decir,
afectados por el desempleo, por Erte, desanimados o subempleados. Esta cifra
supone un aumento de cerca de 1,5 millones con respecto al mismo trimestre de
2019.
La importancia de los fondos europeos
En lo que respecta a la gestión de los fondos
europeos, Fedea valora positivamente el decreto que se aprobó para agilizarla,
reduciendo trabas burocráticas o introduciendo mecanismos de colaboración
público-privada.
Sin embargo, "una omisión, a nuestro
juicio muy relevante" tiene que ver con la evaluación de los
proyectos que reciban fondos. "Si bien la evaluación se incluye entre los
principios de buena gestión, en el resto del decreto no se concreta en absoluto
si se piensa evaluar los proyectos financiados con fondos europeos o cómo se
llevaría a cabo tal evaluación", destaca.
Por otra parte, Fedea lamenta "la discutible
calidad de los datos sanitarios disponibles", puesto que las series
todavía presentan "anomalías" y siguen revisándose hacia atrás, de
forma que "hace difícil ubicar con precisión en el tiempo los contagios,
ingresos y fallecimientos" y dificulta que los especialistas "puedan
hacer un análisis riguroso de lo acontecido en nuestro país durante este último
año".
Fedea calcula que el número de contagios totales
alcanza casi los 6,5 millones, desde lo 2,9 millones de casos positivos
contabilizados en la estadística oficial.